En 1989, en la Ciudad de México, se ha producido una muy rara coincidencia: cuatro artistas se propusieron formar Café Tacvba, sin saber que 24 años después su nombre se escucharía por todo el planeta.
Hoy, con su séptimo álbum ( El objeto antes llamado disco, del 2012), se ha consolidado esa percepción que tienen los fans de la banda: una propuesta renovada y sumergida en nuevos sonidos, que la ha llevado –nuevamente– a presentarse en algunos de los epicentros culturales del mundo.
Emmanuel del Real o mejor conocido como “Meme”, es el tecladista de Café Tacvba quien acepta hablar en entrevista sobre la nueva gira de la banda, el álbum y el futuro de la industria musical.
En la gira actual interpretan todo el material de El objeto antes llamado disco y recuerdan temas de 'Revés/Yo soy' (1999). ¿A qué responde esta movida?
Nos gusta intentar cosas diferentes. Siempre lo hacemos al momento de entrar en un proceso creativo. No es algo tan ajeno a nosotros, pero puede ser la primera vez que tocamos en una gira todo un disco completo, también porque es corto en comparación con el resto de nuestro trabajo anterior.
Lo que intentamos hacer, antes de empezar esta gira, fue reproducir la manera en la que habíamos registrado el álbum, con sesiones y público invitado; tocamos todo el disco, desempolvamos algunas canciones y lo deleitamos con otras canciones esperadas por ellos.
¿Hay, en este punto, canciones vetadas en los conciertos?
Podría parecer, pero no. Hay un momento en donde, por esa inquietud de tocar algo entretenido y renovador, buscamos cosas que añoramos y quisiéramos tocar, o las cosas nuevas que nos reviven.
Pero hay canciones que hemos tocado continuamente casi desde que las grabamos y, a lo largo del tiempo, a pesar de que de repente quisiéramos darle una vuelta y no presentarlas, son canciones que siempre el público está esperando a que aparezcan y que, para ellos, gran parte de un show pasa por escuchar esos temas.
Tratamos de buscar una media donde nosotros estemos bien con lo que tocamos, pero, al mismo tiempo, hacer que los mismos espectadores se sientan bien y no se desilusionen. Tratamos de que sea algo que funcione para todos, y es por eso que ninguna canción está vetada; cada noche, la reacción es diferente, y aunque sea el mismo tema, se convierte en otra cosa. Es muy disfrutable.
Sobre las letras del disco, ¿hubo alguna lectura o película que influyera en ese mensaje de unidad, humanidad y naturaleza que emana?
Sucede casi siempre que, cuando nos reunimos para comenzar un proceso de grabación, donde cada uno de nosotros trae sus canciones o ideas, encontramos que coincidimos en algunas ideas y conceptos, en cosas que estamos cuestionándonos o buscando; como pasamos mucho tiempo juntos, entonces hay algo de eso y también hay muchas cosas que son individuales. Cada quien tiene familia y eso también se está convirtiendo en un punto en común para decir cosas o ver la vida desde esa perspectiva.
Ha dicho que sus discos son radiografías de los momentos que vive el grupo. ¿Cree que también pueden ser radiografías del momento que vive la humanidad?
Tal cual. Nosotros somos y nacimos como entidad artística y como reflejo de una sociedad, de un cuestionamiento, de lo que toda la influencia de la humanidad nos dejó, de donde somos y crecimos, y seguimos pendientes de todo eso.
Creo que todos estamos conscientes de lo que sucede a nuestro alrededor, o, sin estar conscientes de ello, estamos influenciados, y nuestras vidas se modifican conforme el contexto, el entorno y la humanidad; entonces, sí son pensamientos e ideas universales que reflejan un momento. A veces son más atemporales, pero si es una radiografía nuestra, entonces pegado viene todo lo demás.
Hace poco les dieron un disco de oro. ¿Qué importancia tiene eso?
Es bonito y halagador pensar que cierto número de personas han adquirido tu música y que hay ese interés por acercarse y que igual conectan con lo que está uno sintiendo y diciendo. Quiere decir que después de tanto tiempo todavía hay una recepción que nos mantiene aquí. Es por eso que seguimos haciendo música: porque hay un público que se acerca a los discos y compran entradas a los shows.
Usted no es el cantante de la banda, pero ha sido la voz principal en varias canciones, muchas de ellas penetrando hondo en el público, como "Eres". ¿Siente nervios cuando toma el micrófono en uno de esos temas?
Siempre. Es más, hasta en mi instrumento, piano y teclados, al inicio de un show, siento nervios. De pronto, ya me siento más cómodo, pero es gracias a esa adrenalina de que cada momento es diferente y que realmente se convierte en algo tan adictivo. Si fuera algo donde no sintiera nada y lo hiciera como una máquina, donde puedo tener todo bajo control, pues creo que no tendría ninguna aventura hacer esto.
Entonces sí, sigue siendo desafiante, y cantar me pone en una zona donde tengo todo menos controlado, y me gusta poder experimentar esas sensaciones e ir aprendiendo, y lo disfruto mucho. Debería de estarlo, supongo. Lo digo así porque uno siempre va a cargar con lo que es, lo que ha vivido y con lo que creció, y gran parte de por qué nació Café Tacvba es por la música que escuchamos y nos rodeó en Ciudad Satélite.
Había una generación que creció ahí que tuvo cierta influencia de música que llegaba de afuera y música tradicional, la que escuchaban nuestros padres, así que era fácil tener acceso a cantidad de música. Seguramente, todavía tenemos referencias; estoy seguro de que todo eso que escuchamos sigue en nuestro torrente sanguíneo y ahí se quedará. Al momento de crear se vislumbrarán ideas que tienen que ver con eso.
La nueva producción cuestiona el significado de qué es un disco y de cómo se tiene que grabar. ¿Cuáles son sus predicciones para el futuro de la música y cómo la consumimos?
No tengo idea. Lo que sí, es que el futuro ya prácticamente nos rebasó. Hace unos años, cuando nosotros comenzamos, no hubiera imaginado que hoy día la música la podías tener en un teléfono y que podías fácilmente encontrar la música que quieras, del artista que quieras y con la frescura que quieras.
Antes, tomaba tiempo que los discos llegaran a las tiendas locales y tenías poca información, lo cual era una cosa muy disfrutable y muy sana, pero hoy no es así. Cambió la manera de comprar música, de consumirla, de no comprarla, ahora estás más cerca de ella.
Al final, lo que importa es que la música se sigue generando, que hay propuestas y, eso no ha disminuido ni se ha modificado. Ha habido muchas facilidades para que cualquier persona pueda hacer música en casa, y hay mucha más que antes; ya cada quien la juzgará desde su punto de vista, pero eso es lo que importa.
La música que te dice algo, la acabarás encontrando, eso es lo más trascendente. ¿En dónde va a terminar esto? No tengo idea, pero ya hubo una metamorfosis que yo creo que no tiene vuelta a atrás.
*Cortesía de La Nación, Costa Rica. Entrevista de Alessandro Solís Lerici.